jueves, 10 de marzo de 2016

23 de Marzo, el día que no fue

El 23 de Marzo de 2016 estaba destinado para quedar en la eternidad de la memoria de los colombianos, un día especial que marcaría el fin de la guerra en Colombia.
Muy a pesar de tantos desacuerdos en lo relacionado con las prebendas entregadas a las Farc relacionadas con los logros de estas en la Habana, esperaba este día para sentir que se siente estar por fin después de tantos años en paz.
Nos preocupa que el grupo ELN no se suba al tren de los acuerdos, al tren de la paz, al no hacerlo, solo ellos saben el costo político de pretender seguir por el sendero del terror, de hecho, los colombianos le daremos todas las herramientas a nuestro ejército para que los enfrente con toda la fuerza posible y que a su vez nos entregue después de someterlos un verdadero país en paz. Es de esperar que no se haga otro costoso y largo proceso con este grupo guerrillero y que el ejército cumpla con su labor constitucional. De todas maneras el ELN en su terquedad de mantener su aspiración de cambiar el país a punta de guerra no nos va a opacar nuestras ganas de paz y tranquilidad.
En medio de los días de espera, fueron muchas las presiones que se le hicieron a las FARC para que se dignara firmar en esta fecha, el anhelado 23 de Marzo. Entre muchas, el presidente de los Estados Unidos, doctor Barack Obama tiene un viaje a Cuba para ese día y se ventiló la posibilidad de reunirse con las delegaciones de paz en la Habana. A su vez el Papa Francisco puso su granito de arena a esta presión internacional cuando dijo en México que vendría a Colombia si los colombianos firmábamos la paz, nos pone dura condición para poder venir a visitarnos. Pero hubo mas, el doctor Juan Manuel Santos Calderón, viendo como la aceptación de su gestión en las encuestas cae a niveles históricos -16%- le dijo en tono enérgico a las Farc que si no firmaban el 23 de marzo, el pueblo colombiano comprendería que este grupo no estaba preparado para la paz.
Guardábamos -Mi familia y Yo- una pequeña esperanza, a su turno, el mundo entero pendiente que se lograra la firma que pondría fin al conflicto, pero no contábamos -ni mi familia ni el mundo- con la intransigencia ni lo ajedrecistas que son el grupo de las Farc. Aún así, esta es una de las muchas fechas que nos toca posponer a los colombianos en nuestros sueños de paz.
Un gran desafío para el Gobierno central va ha ser que los colombianos sientan el proceso de paz como propio, lo mismo sucede con la nueva fecha para la firma, pero de todas maneras, muchos colombianos estamos esperando que se aproveche la paz para lograr las reformas que necesita el país y ojalá llegue la más urgente: Terminar de una vez por todas con la reelección de los congresistas. Esta si sería una verdadera paz.
Según lo han estado comentado sobre la ilusión de ganarse el premio Nobel de paz, después de todo, que el señor presidente Santos se lo gane, me daría alegría, pero no debe trabajar la paz de los colombianos con ese premio como faro.
Para concluir, se apaga Colombia, no de ese inminente apagón que se nos viene, se apaga la ilusión de los sueños de paz de todos los colombianos, además, mi temor es que  no quisiera que me abrazara el pesimismo generalizado entre los colombianos en lo relacionado con que la Farc no quieren la paz y así como cancelan fechas para la firma, cualquier día se paran de la mesa y se van como si nada. Sin dárseles nada.
Hoy, después que el presidente de los colombianos diga por medio de los medios de comunicación que no habrá firma ni paz ese día debido a que no quiere firmar un mal acuerdo, estamos a la espera de la nueva fecha para empezar a prender los velones -no por el apagón- si no para pedirle a la virgen de los colombianos que nos de un empujoncito. Acá en la tierra ni la presión del Papa da resultado.

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