lunes, 28 de marzo de 2016

Algo bueno nos podría quedar.

Esta vez parecía que era verdad: que lograríamos firmar la paz el 23 de Marzo. -23M-
Los grandes medios de comunicación que durante 6 meses lo dieron por hecho empezaron a recular a escasos veinte días del esperado día.
Mientras tanto y a raíz de la presión internacional -con visita del doctor Obama a Cuba- el pueblo colombiano guardó las esperanzas hasta el último momento de este miércoles santo. Esta circunstancia hace que los colombianos cada vez más nos apartemos de los aconteceres de Cuba en relación con el proceso de paz y no lo miremos como de todos, más parece una paz de unos pocos y cuando no se respetan fechas pactadas entre los dos grandes involucrados -Santos y Timochenko- hace que pierda toda credibilidad el proceso.
Hace cuatro años inició el proceso de paz, se escoge Cuba como país anfitrión para las reuniones y debates, el presidente Santos nos pide tranquilidad, nos dice que la paz está de un cacho, le creemos y a la postre por eso lo reelegimos. En la realidad, ahora sentimos que el proceso no es tan fácil ni estaba de un cacho y las farc no son fáciles de vencer o convencer en una mesa de negociación.
En cambio, ahora percibimos que el gobierno en su sueño de paz ha descuidado otros aspectos de vital importancia para los colombianos y en materia como salud, empleo, seguridad, corrupción, nuestro país es un caos. Además surge la idea que nuestras necesidades no sólo eran paz.
En contraste con lo anterior el gobierno se la jugó con la reforma de equilibrio de poderes, logra quitar a la constitución de los colombianos la reelección presidencial que supuestamente fue la culpable del desequilibrio y que este es producto de uno de los muchos logros de los constituyentes cuando debatían la Constitución en el año 1991 para un período presidencial de cuatro años sin reelección.
¿porque debemos reformar la justicia?
Al eliminar la reelección, los poderes quedarían nuevamente equilibrados.
Sin embargo, sería más provechoso para nuestra democracia debatir en el congreso la eliminación de la reelección de los congresistas. ¿porque nadie habla de este esperpento que tanto daño hace a los colombianos?
En ese sentido, como el congreso no legisla en su contra y estamos dando vueltas en círculo vicioso, es acá donde podríamos aprovechar la asamblea nacional constituyente que exige las Farc: Algo bueno nos podría quedar del proceso de paz.
El tiempo demostrará quien de los dos líderes tendrá la razón: a las farc habría que combatirla hasta el final o había que sentarse a negociar y a hablar de paz y esto solo depende de este grupo a quien le dará la razón. Pero hay un pequeño detalle, debe ser pronto, no hay mucho tiempo. La trascendencia de las farc como grupo violento, secuestrador, narcotraficante y reclutador de niños, le da muy poco margen para tantas exigencias al gobierno, lo impensable puede ocurrir, un hecho que nos obligue a pararnos de la mesa y emigrar nuevamente una sangrienta guerra como la vivida en los últimos sesenta años.
Esta es, tal vez una de las diferentes situaciones de nuestra realidad, depende del ángulo donde se mire, ponerse en los zapatos del otro es fundamental, por eso acompaño al señor presidente en la precaución de no firmar un mal acuerdo, más ahora que cada día toma más fuerza que los acuerdos de paz no necesitan ninguna clase de refrendación por parte del pueblo colombiano y todo apunta a que será otra promesa incumplida del señor presidente de los colombianos, doctor Juan Manuel Santos Calderón.
Los medios de comunicación luego del 23M deben hacer un alto y emigrar hacia la objetividad en la información del proceso de paz, no informar sobre supuestos -el 23M fue uno- y aterrizar sobre la realidad de ajedrecistas de las Farc. Muchas ilusiones con la firma es por los medios pero llegó el día y de la paz que estaba de un cacho, nada de nada.

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