martes, 29 de septiembre de 2020

La célula y el virus

Desde segundo de primaria vemos al profesor de ciencias naturales enseñándonos y explicándonos qué es la célula. Desde ese año escolar nos dice que el cuerpo humano tiene más de 30 billones de células. Igualmente, que es la unidad más pequeña que puede vivir por sí sola y que forma todos los organismos vivos y los tejidos del cuerpo. Que las cuatro partes principales de la célula son: la membrana celular, el núcleo, los ribosomas y el citoplasma. Que la membrana celular rodea la célula y controla las sustancias que entran y salen. Que dentro de la célula está el núcleo que contiene la mayoría del ADN celular y es donde se elabora la mayor parte del ARN. Que el citoplasma es el líquido del interior de la célula que contiene otros elementos como el aparato de Golgi, las mitocondrias, los ribosomas: donde se sintetizan las proteínas y el retículo endoplasmático. Y, por último, que la mayoría de las reacciones químicas y las proteínas se producen en el citoplasma. 
 Por otra parte, afirman los biólogos que los virus son mucho más pequeños que las células. Y, que para reproducirse las invaden y las destruyen. Asimismo son responsables de provocar numerosas enfermedades, entre ellas: Sida, Resfriado común, tos, Fiebre hemorrágica por el virus del Ébola, Herpes genital, Influenza, Sarampión, Varicela, herpes zóster (culebrilla) y por supuesto, covid-19 o viruela.

 Ciertamente, los virus no se pueden replicar por sí solos, pues necesitan infectar células y usar los componentes de la célula huésped para hacer copias de sí mismos. A menudo, el virus la daña o la mata en el proceso de multiplicación.

 Así las cosas, cuando la persona se infecta con el coronavirus es porque el virus atravesó la membrana celular hasta llegar al citoplasma. Al llegar hasta allí secuestra a los ribosomas que al verse atacados producen fibras y se las envían al núcleo. El núcleo es engañado y asume que es un mensaje que se debe replicar. Es acá donde el virus se apropia de la célula o de la maquinaria genética del ser humano. El núcleo empieza a enviar información para que los ribosomas comiencen a producir, es cuando se sintetizan miles y miles de proteínas virales que llena tanto a las células que estallan. Por esto, se contaminan más y más células. 

Entonces en un ciclo de trece o catorce días cuando la persona siente el primer malestar ya el daño está hecho porque dentro de su cuerpo se han producido millones y millones de partículas virales. La persona no siente nada durante los 14 días desde el momento que se contagió pero cuando va a la clínica con fiebre, dolor de garganta, malestar es porque está a punto de colapsar su organismo. 

 En síntesis, los virus no pueden ser combatidos con antibióticos. Tan sólo vacunas o medicaciones antivirales pueden eliminar o reducir la severidad de las este tipo de enfermedades. Para esto, los científicos afortunadamente aportan las vacunas pero los virus siguen eternamente ahí, no se van, conviven con nosotros. Por eso no es de extrañar que se encuentren en todos los ecosistemas de la tierra.

 Para concluir, por todo lo anterior recuerden que de esta salimos cuando los científicos nos entreguen la vacuna; no antes. Mientras tanto, puede ser un sueño de ese eterno profesor después de explicar y enseñar durante toda la primaria las partes de la célula que uno de sus pequeños alumnos llegue a ser un biólogo especializado en genética que aporte a la humanidad cuándo tengamos problemas como el que padecemos hoy.

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