sábado, 17 de octubre de 2020

Año pandémico

En Colombia, el gobierno, los empresarios, los comerciantes, los industriales, los economistas y la gente del común estamos en una especie de angustia. Y, no es para menos. 

Lo anterior debido a que al 3% era la cifra de crecimiento que llevaba nuestra economía antes de la pandemia. Ese era nuestro PIB que crecía en forma sostenible dando ejemplo de un excelente manejo en la región. 

Pero llegó lo inimaginable e impensable: un año pandémico que nos encerró en la más estricta cuarentena. Pero de todas maneras pasamos a dar ejemplo a nivel internacional de un excelente manejo de la pandemia. Así las cosas,  el encierro detuvo la actividad productiva disparando la tasa de desempleo hasta el 19,8 por ciento, la más alta en cerca de 20 años. 

En la crisis del siglo pasado, una cifra igual en un mes de un año parecido, duró más de cuatro años en recuperarse. La situación económica en abril fue tan abrupta que la desaceleración a la vez de todos los sectores de la economía como la industria, la construcción y varios servicios trajo cómo resultado la pérdida de 5,4 millones de empleos. 

Por lo anterior, no tenemos que ser economistas o expertos para preguntarnos: ¿cuánto puede durar esa situación? ¿de qué magnitud será la contracción en los próximos trimestres? ¿cuándo comenzará la recuperación económica? ¿Hasta cuando seremos capaz de aguantar? De hecho, las cifras y los indicadores siguen cayendo en picada. Asimismo, las proyecciones no son nada alentadoras debido a la parada abrupta de la economía como consecuencia de las medidas de confinamiento decretadas por el Gobierno para enfrentar la pandemia. 

Igualmente, la caída en las actividades secundarias, que incluyen industria manufacturera y construcción, fueron las más pronunciadas. Al mismo tiempo, los servicios, la agricultura y ganadería, se redujeron sustancialmente. No se quedan atrás otro grupo que aporta al PIB: los hoteles, el turismo, los restaurantes y el transporte que aún están cerrados por lo que pueden ser foco de contagio y que del confinamiento saldrán muy lentamente. Tal vez sean los últimos. Aunque el confinamiento se haya relajado gradualmente y nos dimos el lujo de dos días sin IVA, no se logra ver cifras alentadoras. Por el contrario, ya no dimos ejemplo a nivel internacional a raíz del desorden con que nos metimos a comprar. 

Ahora bien, el crecimiento de la economía para el segundo trimestre puede estar entre -2 y -8 % según las proyecciones de los economistas. En síntesis, la economía de nuestro país ha sufrido graves daños. 

Daños que nos afecta a todos. Pero lo más grave de todo es la caída del empleo debido a que afecta la dignidad humana en razón del mínimo vital: los ingresos para la supervivencia de los colombianos. 

En conclusión, para que la economía -aunque en marcha lenta- se encamine a una recuperación sostenible el gobierno le apuesta, primero, a una estrategia que cree exitosa: el consumo interno. Esto es fundamental pero va ligado al empleo. Segundo, aunque era fundamental que no hubiera rebrotes, el rebrote llegó: en materia de salud, el día sin Iva nos tenía que pasar factura. Así las cosas, muchos colombianos están perdiendo a sus amigos, familiares y seres queridos. Muchas familias están quedando resquebrajadas, agrietadas y de esto difícilmente nos recuperemos. Mientras tanto, aunque somos una casta poderosa, que difícilmente nos amedrentamos; me surge otra: ¿de donde vamos a sacar tanta fuerza que necesitamos para superar esta crisis?

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