domingo, 10 de mayo de 2020

Inteligencia emocional

Hoy las fuerzas del mercado están dando nueva forma a la vida laboral adjudicando un valor sin precedentes a la inteligencia emocional. Así las cosas, las habilidades tales como ser capaz de motivarse y persistir ante o frente a las decepciones, controlar o frenar el impulso, regular el mal humor que disminuye la capacidad de pensar, interpretar los sentimientos del otro, mostrar empatía y manejar las relaciones de forma fluida; se conoce como inteligencia emocional. Aristóteles la definía como: “Rara habilidad de ponerse furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto y de la forma correcta”. Su importancia gira en torno a la relación que existe entre: sentimientos, carácter, instintos, temperamento y posturas éticas. Lo más dramático y primera medida a vencer al adquirirla es el impulso que radica en que como instrumento de la emoción es un sentimiento que estalla por expresarse en acción. Se resume en que la capacidad de controlar el impulso es la base de la voluntad y el carácter. Por otra parte, no se puede dejar de lado la herencia genética que nos dota de una serie de rasgos emocionales que determinan nuestro temperamento Entonces surge ¿Para que son las emociones? En la raza humana los sentimientos mas profundos, nuestras pasiones y anhelos; son guías esenciales que ejercen un gran poder sobre nuestra especie. A ellos debemos en parte nuestra existencia dado a que han estado y se repiten una y otra vez a lo largo de la evolución. El legado emocional de la evolución es el temor que nos mueve a proteger a nuestra familia del peligro. Las reacciones automáticas han quedado grabadas en nuestro sistema nervioso y marcaron la diferencia entre supervivencia y muerte . Las emociones han sido guías en la evolución. Hoy nuestras respuestas están moldeadas por nuestro juicio racional, por nuestra historia y por nuestro pasado lejano ancestral. Aunque los sociólogos señalan que debe predominar el corazón sobre la cabeza en momentos cruciales, nuestras emociones nos guían cuando se trata de enfrentar momentos difíciles. Por eso cuando se trata de dar forma a nuestras decisiones y a nuestras acciones los sentimientos cuentan tanto como el pensamiento. Por lo anterior, la inteligencia puede no tener ningún valor o la menor importancia cuando nos dominan las emociones Entonces, las emociones son impulsos para actuar, planes instantáneos para enfrentarnos a la vida. Por eso, que las emociones conducen a la acción es muy evidente cuando observamos a los animales y a los niños. Cada tipo de emoción prepara al organismo para una clase distinta de respuesta. Dentro de las emociones básicas encontramos: la Sorpresa, el Asco, el Miedo, la Alegría, la Tristeza, la Ira y el Amor. En la Tristeza: Caída de la energía y entusiasmo por el placer, diversión. Como cuando muere un ser querido o una ruptura amorosa que puede desarrollar depresión. Con la felicidad: Se activa en el cerebro un centro que inhibe los sentimientos negativos. Aumenta la energía del cuerpo, tranquilidad, buena disposición, entusiasmo. Con el Amor: respuesta de relajación, calma, satisfacción, facilita la cooperación. Con la ira: La sangre fluye a las manos. El ritmo cardiaco se eleva, aumenta la adrenalina que genera energía para la respuesta. Con el miedo: la sangre fluye a las piernas porque es mas fácil para huir, por eso el rostro queda pálido. Con la Sorpresa: levantar las cejas como buscando mayor alcance visual. Mas luz a la retina. Busca idear mejor plan de acción. Con el Asco: algo tiene un sabor u olor repugnante. Labio superior retorcido mientras la nariz se frunce para bloquear las fosas nasales. Escupir. Las anteriores nos remiten a tendencias biológicas a actuar moldeadas por nuestra experiencia de la vida y nuestra cultura. Así las cosas, podríamos afirmar que tenemos dos mentes: una mente emocional: ser capaz de sentir la tristeza de otro ser humano al verlo llorar . Otra mente racional: por ella somos capaz de entender cuando nos enseñan o leemos un libro. Entonces; tenemos una que siente y otra que piensa. Ambas interactúan para construir nuestra vida mental. La mente racional es la forma de comprensión de la que somos típicamente conscientes. Es reflexiva. Por ella somos capaz de analizar y meditar. En cambio, la mente emocional es la forma de comprensión de la que somos típicamente conscientes. Las emociones y las intuiciones guían nuestra respuesta instantánea. Cuando la vida está en peligro detenerse a reflexionar puede costar la existencia. En síntesis, las dos mentes operan en ajustada armonía entrelazando las diferentes formas de conocimiento para guiarnos. Podemos llegar a lograr un equilibro entre ellas. Cuando llega la emoción, la mente racional la depura y puede vetar la entrada de energía y amortiguar el impulso. Entretanto, los sentimientos son esenciales para el pensamiento pero cuando aparecen las pasiones o emociones la mente emocional domina y aplasta a la racional. Los sentimientos positivos son: euforia,, admiración, afecto, optimismo, gratitud, satisfacción y agrado. los negativos: Envidia, impaciencia, venganza. Por otro lado, emoción y razón están siempre a puertas de la guerra. Pero hay que afirmar que la mente emocional existió mucho antes que la racional. La raíz es el sentido del olfato desde donde empiezan a evolucionar las emociones. Se empezó a separar: comestible, tóxico, alimento y sexualmente accesible por medio de él y se decidía por: morder, escupir, huir o acercarse. Cuando estamos dominados por el anhelo, furia, trastornados por el amor o retorcidos por el terror es el sistema límbico el que nos domina. Este sistema tiene dos herramientas poderosas: Aprendizaje y memoria y nos permite ser mas inteligentes sobre la supervivencia. Las estructuras límbicas generan sentimientos de placer, deseo sexual y en él está el vinculo: madre-hijo. Por él podemos tener sentimientos sobre nuestros sentimientos. Podemos saber que estamos tristes, alegres, melancólicos o con miedo. Pero permite desplegar variedad de reacciones a nuestras emociones La neocorteza cerebral del homo sapiens es mas grande que de cualquier otro animal o especie y le permite añadir todo lo humano. Aparece el pensamiento; compara y comprende lo que perciben los sentidos, surge una especie de pena. Quiere decir que le importa lo que piensen de él. Y, lo mas importante, aparecen los sentimientos sobre el arte, sonidos, música, símbolos. Surge la imaginación, el amor, traza estrategias, planifica. En síntesis, aparece el ser humano encaminado a la civilización y una gama de reacciones muchos mas amplias a nuestras emociones. De la amígdala dependen todas las pasiones, las lagrimas por la emoción son desencadenadas por ella que puede albergar recuerdos y repertorios de respuestas que volvemos a hacer sin saber porqué. Entonces, es un deposito de impresiones y recuerdos emocionales. Por lo tanto, nuestras emociones tienen mente propia, es independiente de la mente racional y todo apunta que está en la amígdala que nos indica que nos gusta o no, quien nos cae mal o bien. Mientras tanto, es el deposito de la memoria emocional Con relación a volvernos un centinela emocional es necesario decir que algunas reacciones emocionales y memorias emocionales pueden formarse sin la mas mínima participación consiente debido a que el cerebro tiene dos sistemas de memoria, uno para datos corrientes y otro para los que poseen datos emocionales. De todas maneras, los recuerdos emocionales pueden ser guías defectuosas del presente. En ese escenario, los estallidos emocionales son asaltos nerviosos que cuando pasa el momento nos damos cuenta que estuvimos dominados, se tiene la sensación de no saber que ocurrió. Acá quiero pedirles que piensen en la ultima vez que perdieron los nervios y estallaron contra alguien: cónyuge, un hijo o el conductor de otro vehículo. Que mas tarde luego de un tiempo de reflexión, nos parece que estuvo exagerada o injustificada nuestra reacción. Resumiendo, digamos que todos estos asaltos emocionales son perturbadores. De todas maneras, lo mas misterioso para comprender el poder que tienen las emociones son esos momentos de apasionamiento o cuando explotamos de los que luego de que se calma la tormenta, nos arrepentimos. ¿Por qué nos volvemos irracionales con tanta facilidad? Se podría concluir que son los momentos cuando el sentimiento impulsivo supera el racional y las alarmas nerviosas que nos llegan en muchas veces es anticuado. Asocia el presente con eventos que sucedieron en el pasado y reacciona con estos. Ordena frenéticamente que reaccionemos al presente de formas que quedaron grabadas tiempo atrás: pensamientos, emociones, reacciones Ciertamente, las emociones son rápidas y pocos precisas y una reacción rápida o una ruta rápida o no hay tiempo para pensar con mente racional es la ruta que da valor a la supervivencia que en milésimas de segundo reacciona al peligro. En este caso el sentimiento es anterior al pensamiento racional Si a la amígdala le llega información de emoción, rápidamente llega a una conclusión y ordena una inmediata reacción. Aún no tenemos compresión porque reaccionamos explosivamente. Somos esclavos de ellas. La inteligencia emocional reacciona a un delirio, ira o temor antes que lo sepa la inteligencia racional. Pero, podemos adquirir técnicas que frenen esa frenética reacción. Hacer la pausa. En últimas, se puede ver que ser una persona cargada emocionalmente es un peligro para la empresa, la familia, para el entorno que lo rodea. La planeación, las acciones organizadoras hacia un objetivo no podrán ser desarrolladas por esta persona cagada de emociones. O, al menos va hiriendo a su alrededor a medida que busca resultados. Aunque la amígdala actúe como disparador de emergencia ante una emoción, la mente racional es el mecanismo de desconexión del cerebro para estas emociones perturbadoras; esta actúa y administra las emociones, frena la reacciones antes de actuar, amortigua las señales, desconecta la emoción perturbadora Con respecto a las emociones, tienen poder de alterar el pensamiento mismo. Cuando una persona está serena una emoción puede ser importante para el pensamiento eficaz: se pueden tomar decisiones acertadas y pensar con claridad. En cuanto estamos alterados emocionalmente no podremos pensar correctamente Indudablemente, los sentimientos son indispensables para decisiones racionales. Nos señalan la dirección correcta. Con ellos la lógica puede ser mejor utilizada. En base a lo anterior, se podría afirmar que tenemos dos cerebros, dos mentes y dos clases diferentes de inteligencia: racional y emocional y que nuestro desempeño en la vida está determinado por ambas. No nos puede importar solo lo que nos dé el cociente intelectual porque ambos cerebros, las dos mentes, las dos inteligencias y el cociente emocional se unen; aumenta la inteligencia emocional y la capacidad intelectual. Por otra parte, la inteligencia académica tiene que ver con la vida emocional. Pero, no ofrece ninguna preparación para trastornos u oportunidades de la vida. Las personas mas brillantes académicamente pueden perderse o hundirse en las pasiones desenfrenadas o los impulsos incontrolables. Personas con un CI elevado pueden manejar increíblemente mal su vida privada Por ello se puede afirmar que el CI solo contribuye con 20% de los factores que dan éxito en la vida. No es garantía de prosperidad, prestigio ni felicidad. El 80% del éxito en la vida lo da la inteligencia emocional. En cuanto a las habilidades adquiridas en la infancia y en la adolescencia van a servir para ser capaz de enfrentarse y controlar las emociones y decepciones, Llevarse bien con otras personas: Estas van a marcar la diferencia. De esta forma, nuestras escuelas y colegios se concentran en las habilidades académicas, alimentan las inteligencia académica y el CI e ignoran la inteligencia emocional: Conjunto de rasgos que se asemejan al carácter que tienen enorme importancia para nuestro destino. En el mundo ninguna inteligencia es tan importante como la emocional. Si no la tenemos desde niños elegiremos inadecuadamente muchas decisiones de la vida. Debemos desde la escuela enseñarla. El CI proporciona pocos datos con relación a que las personas con muy alto CI, las mismas posibilidades, estudios y oportunidades tengan el mismo éxito en la vida. La vida emocional es un ámbito que, al igual que las matemáticas, la escritura y la lectura, pueden manejarse con mayor o menor destreza y requieren de un conjunto de habilidades. Los administradores con alto grado de inteligencia emocional conocen y manejan bien sus propios sentimientos y se enfrentan con eficacia a los sentimientos de los demás. Se sienten satisfechos y ser mas eficaces en la vida. Las personas que no tienen inteligencia emocional libran batallas interiores que sabotean su capacidad de concentrarse en el trabajo y pensar con claridad. ¿Cuáles serian las formas como podemos aplicar inteligencia a nuestras emociones? Primero y esencial es: Conocer las propias emociones: conciencia de uno mismo para tener capacidad de controlar sentimientos. Si no los advertimos quedaremos a merced de ellos. Manejar las emociones: esto se basa en la conciencia de uno mismo. Capacidad de serenarse. Librarse de la irritabilidad, la ansiedad, la melancolía. Propia motivación: ordenarlas, saber como reaccionamos, prestar atención cuando llegan, dominarlas, contener la impulsividad. Reconocer emociones en los demás: la empatía, esta se basa en la autoconciencia emocional y es fundamental en la persona con inteligencia emocional. Manejar las relaciones: manejar las emociones es el arte de las relaciones con otras personas. La persona con estas características o que maneje la inteligencia emocional es: mejor profesional en las ventas, la enseñanza, la administración o en cualquier actividad de la vida., así mismo, se desempeñan bien en cualquier en cualquier actividad que dependa de interacción serena. Son estrellas sociales de las relaciones. Suelen ser mucho mas productivas, eficaces, se recuperan con mucha fluidez de los reveses y trastornos de la vida. Para concluir, aunque siempre hemos tenido la impresión de que si en una persona su cociente intelectual es muy alto, el éxito de su vida estaba garantizado; pero como vemos, se debe tener en cuenta de manera prioritaria la inteligencia emocional, la importancia del carácter, la confianza en si mismo, la persistencia y la paciencia. Todo ser humano si se lo propone puede ser escultor de su propio cerebro. Si en medio de la dificultad, en medio de la adversidad, en medio del miedo, en medio de las emociones, en medio del reto; seguimos con confianza, tenemos fe en nosotros y activamos nuestra inteligencia emocional podemos sacar adelante nuestros proyectos. A su vez, podemos reinventarnos para tener acceso a las fuerzas del mercado, podemos cambiar nuestro cerebro. Por eso, si cambias tu mente, si cambias como reaccionas instintivamente, si haces una pausa antes de reaccionar y herir, también cambias tu vida.

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