martes, 6 de septiembre de 2016

somos diferentes

Muchas veces encontramos que los tratadistas que influyen en nuestra legislación o son de Europa,- estudiaron en España, se especializaron en Alemania- o son de Estados Unidos. Con base en ello, resulta que las cosas que nos traen de allá son excelentes, no obstante muchas veces esas cosas son para países desarrollados. En consecuencia queremos aplicar la idiosincrasia del derecho de las personas que tienen una cultura totalmente diferente a nosotros. De manera que la naturaleza que debe tener el derecho colombiano es diferente a la naturaleza que tienen todas esas legislaciones como la de España por ejemplo. Igualmente siempre he pensado que la violencia y corrupción en la que hemos vivido a lo largo de nuestra historia la llevamos en la sangre. Ahora, si la miramos detalladamente encontramos que quienes nos conquistaron eran lo peor de España, los parias, -a los que obligaron a viajar- empezando porque nadie quería venir. De ahí que esos fueron nuestros conquistadores. Así mismo le mostraban el espejito a la india y se iban para la chocita, se cruzaron. Inició el principio de nuestra ascendencia con genes de muy mala reputación. Del mismo modo la naturaleza de nosotros no es igual a los anglosajones o a los noruegos, franceses, españoles, holandeses. Efectivamente, ellos viven en otro mundo, son más civilizados, nos llevan ventaja. En palabras simples, nos pasamos copiando una legislación como que viviéramos en Bélgica, Suiza o Estados Unidos. A propósito el sistema penal acusatorio, el sistema de oralidad y la fiscalía, fueron copiados directamente de la legislación estadounidense, en su momento, trajimos un sistema que ha evolucionado en una cultura anglosajona para ser aplicada en el sistema de “todito” colombiano. Como consecuencia de ello me atrevo a decir que el derecho penal en Colombia ha colapsado. El bandido asesina a la persona, la familia espera que se haga justicia pero se encuentra con que se pasa a negociar y hacer preacuerdos con el bandido. A la víctima no se le tiene en cuenta para nada. Es más fácil negociar que hacer justicia. Acá no debería haber cárcel, está demostrado que la cárcel no reforma a la persona, no sale resocializada. Pero entonces ¿por qué no se hacen las cosas para que se dé la resocialización? Solamente hacemos la cárcel para cien personas y le metemos mil. Lógicamente eso no va a resocializar a nadie. Por consiguiente prefieren mandar -o les toca- a los bandidos para la casa. Ellos saben que al hacer sus fechorías no van a durar en la cárcel, podrán salir pronto a seguir sus andanzas. ¿Cuántos no han encontrado con brazalete haciendo de las suyas? En cierta ocasión había llovido, las calles estaban aun mojadas, los charcos abundaban. Un jovencito de 18 años transitaba en su moto, al pasar por una esquina la llanta de la moto salpica a otros dos jóvenes que iban caminando. El joven de la moto tal vez apenado se detiene pero es asesinado de dos puñaladas por uno de los jóvenes. Luego de una persecución y con ayuda de la comunidad es detenido. Se le da casa por cárcel por no ser un peligro para la sociedad. En el último carnaval este mismo joven asesina de dos balazos a un joven y hiere a otro. Ahora si está detenido. Pero está en preacuerdo en el caso del primer joven asesinado y está en preacuerdo por el muchacho asesinado en el carnaval. Están negociando como que se tratara de legítima defensa. En estos casos se ponen de acuerdo el abogado con la fiscalía para beneficiar a este tipo delincuentes. Me niego a pensar que entre fiscal y abogado haya mermelada de por medio. Por otra parte les cuento que el código civil que nos rige desde el año 1887 es de origen chileno, tiene influencia del derecho romano y de las antiguas costumbres germanas, además del viejo derecho español y para rematar del viejo derecho francés. Excelente y gracias a don Andrés Bello por este precioso legado pero ya está bueno que el Congreso de los colombianos nos entregue uno criollo, de nosotros y para nosotros. Para concluir, si les hablo de nuestra Constitución de 1991 quedaran aterrados de ese tutifruti con el que nos regimos los colombianos. ¿Se habrá peguntado al menos uno de los tratadistas criollos si somos tan parecidos a los europeos o anglosajones para copiarles tanto?

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