viernes, 8 de julio de 2016

La reforma a la justicia cojea pero no llega

El problema en Colombia no es solamente el conflicto armado.
El gran inconveniente son las promesas del doctor Santos que siendo candidato a la presidencia de la República hizo una serie de estas con lo que convenció a una gran mayoría de colombianos que votáramos por él.
En lo relacionado con la justicia, prometió, primero, que se eliminaba el Consejo Superior de la Judicatura y segundo, que aprobaría una gerencia encargada de solucionar todos los problemas que hoy la tienen prácticamente inoperante.
Todo esto debido a que la actual justicia colombiana no atiende los verdaderos problemas por los que estamos pasando los colombianos: El atraso y la morosidad judicial. Además, es muy cierto que la justicia necesita a gritos una reforma estructural de fondo, que involucre los verdaderos problemas del ciudadano del común y le entregue soluciones prontas y cumplidas a sus problemas. Además que de esta reforma surja una justicia operativa.
Esto ha producido que el ejecutivo intente la referida reforma en dos oportunidades. Esta es la segunda infructuosa del gobierno del presidente Santos. La primera fue cuando los mismos congresistas la querían aprovechar para su propio beneficio.
Es cierto que la Corte Constitucional no tumba toda la reforma del equilibrio de poderes. Sinembargo ha revivido la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura que es la gerencia de la rama. Esta permanece sin ninguna modificación. El argumento de la corte lo que no aprueba es lo relacionado con la creación del Consejo de Gobierno Judicial. Quiere esto decir que la otra sala administrativa,-la disciplinaria-, desaparece. Es reemplazada por el Consejo Nacional de Disciplina Judicial.
Surge acá la pregunta: ¿Porque la Corte Constitucional tumba parte de la reforma?
Frente al debate, en primer lugar, la Corte en su sabiduría considera y argumenta que el Congreso sustituye a la Constitución. Sin dejar de lado que va más allá de la competencia que tiene para expedir este tipo de reformas. En segundo término, se cae principalmente por el tema del gobierno judicial.
Por otra parte, esto se podría extender al tribunal de aforados porque conociendo a nuestra Corte Constitucional lo podría también declarar inexequible.
Esta decisión para los entendidos era lógica. Había varios elementos para determinarla. La primera, el consejo de Estado ya había decretado la suspensión del nombramiento de los miembros del Consejo de Gobierno Judicial. Y segundo, todo apunta que hubo negligencia por parte del Congreso en este nombramiento.
Como consecuencia de ello, esto se refleja como otro fracaso institucional del gobierno del presidente Santos ya que mantener la sala administrativa del Consejo Superior de la Judicatura practicante sepulta la conformación  de la Comisión de Aforados.
Después de un año de debates en el Congreso y a raíz de la frenada en seco por parte de Corte Constitucional, el gobierno del doctor Santos ahora con este problema no descarta la Asamblea Nacional Constituyente solamente para el tema de la justicia.  Pero esto es un poco como tirar la piedra y esconder la mano debido a que las Farc desde el comienzo la han solicitado para concluir los diálogos de Cuba. En ese sentido,  se puede saber para que y como comienza, pero no como termina una Asamblea Nacional Constituyente.
Muchos colombianos del común se pueden alegrar que se haya caído debido a que la actual reforma al equilibrio de poderes es meramente cosmética. No soluciona los problemas de fondo del ciudadano de a pie. La nuestra es una justicia lenta, cojea, no llega y no es operativa.
Hoy le alumbra al presidente la espalda el ocaso de su mandato, además a raíz de que esta y otras reformas no han llegado, los colombianos no aprueban la forma como el presidente Santos a manejado la mayoría de asuntos y temas importantes del país. Según la última gran encuesta de Ipsos para RCN Radio y Televisión, la FM y Revista Semana el pesimismo de los colombianos es generalizado y el 80% no aprueba el manejo que le ha dado el gobierno al tema de la justicia.
Para concluir, los problemas de Colombia son de gran magnitud, tratar que termine la guerra debe ser uno de los pilares pero son muchos más los que se deben solucionar. Las promesas del presidente Santos se están volviendo frases de cajón. Ni lo uno, ni lo otro de lo prometido. Además no todo gira al rededor del tema de la paz. Por lo tanto todo está quedando peor de lo que estaba.

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