domingo, 10 de abril de 2016

Doctor no es cualquiera

Sería muy importante que hubiera muchos verdaderos doctores en Colombia; colombianos con el título universitario de Doctor.
Estaríamos a puertas de un primer paso para tener una Colombia incluyente, más justa.
Cuando vemos en la hoja de vida de un candidato a alcalde, gobernador, presidente y hasta concejal el título universitario de doctorado nos da tranquilidad y esto puede influir e inclinar la balanza a su favor. El electorado cada día se fija en estas circunstancias para elegir sus dirigentes. En Europa, un continente más civilizado que nosotros, presentar títulos de estudios falsos da para que el dirigente elegido renuncie a su cargo. -pero es Europa. Y está muy lejos-
Lo mismo para aspirar a dirigir una compañía grande, una multinacional, para presentarse como candidato a ser alcalde de la capital de los colombianos que aunque hoy no se exija, evitaríamos muchos problemas si lo incluimos como requisito para los que aspiren a ser alcaldes de la capital y los que lleguen a gerenciar la ciudad más importante del país, no tengan capacidad para administrar un parqueadero. -Puede ser por eso que está como está-
Oportunidad de referirnos a que un candidato falsifique títulos para poder presentarse o sacar ventaja de sus contendores y para remate gane. me llena de dudas, entonces, pregunto: ¿Cuanto puede haber  influenciado en sus electores este título universitario falso?
Un recuento que no se puede pasar por alto es que Colombia tiene una población que no lee, no se capacita, son pocos los verdaderos doctores, además posee el país profundas diferencias sociales;  de hecho, aún hoy los campesinos llaman "doctor" a funcionarios públicos -que muchas veces sólo son tecnólogos- cuando esporádicamente los visitan en el campo, para ellos, la corbata y el traje es sinónimo de ser "Doctor."
Por ejemplo, a los abogados y médicos son los que más llaman doctor los colombianos, además porteros, secretarias, empleados, llaman doctor a su jefe sin reparar si verdaderamente tienen el título.
Es fundamental empezar a entender que para tener un título de doctor, que se adquiera el digno y verdadero doctorado, lo cierto es que se debe primero ser profesional en pregrado, estudiar una maestría para luego aspirar a obtener la más alta formación profesional:  el Doctorado. Quiere esto decir que debe cursar 15 años de estudios universitarios, cinco años en pregrado, cinco entre maestría y especialización y cinco en el doctorado. -Por eso digo: Doctor no es cualquiera-
Los invito a mirar el perfil de doctorado de Economía de la universidad el Rosario de Colombia que busca que sus doctores sean:
"Profesionales capaces de realizar y orientar en forma autónoma procesos académicos e investigativos en el área específica de un campo del conocimiento, donde los resultados sean una contribución original y significativa al avance de la ciencia, la tecnología, las humanidades, las artes o la filosofía. Investigadores de alto nivel, lo cual es una tarea fundamental de toda nación que se proyecte de manera destacada en el ámbito del conocimiento, en un futuro inmediato y a largo plazo"
Es de esperar que una persona con este estudio y perfil no sea corrupta y aporte con sus conocimientos al desarrollo del país.
Entre tanto, hay otro doctorado: honoris causa, es un título honorífico que da una universidad a personas eminentes. Es simbólico, no da margen para llamar doctor a homenajeado.
-¿Será este el caso del "Doctor" Peñalosa?-
Aún así, de tantos llamados "Doctor" acá en Colombia muy pocos tienen la valentía de decir que no lo son.
No sobra, sin embargo, contarles que  en cierta ocasión vino desde Medellín a visitarme a Riohacha un gran amigo, es de esos paisas amantes del estudio, la lectura y como decimos muchas veces: más preparado que un Yogur. Dentro de sus estudios cuenta con un doctorado en Derecho, además de ser abogado con especialización en derecho administrativo, buen conversador, amable y amante del mar. Una tarde salimos al parque Almirante Padilla, se nos acercó un lustrador que le dice: Doctor, ¿le lustro los zapatos?
Mi buen amigo acepta.
Al poco rato,  intrigado, le dice: oiga y ¿usted como supo que yo soy doctor?
-Acá en la Guajira "Doctor" se le dice a cualquier HP- responde el lustrabotas.
Por eso le digo al doctor Peñalosa y su falso doctorado lo mismo que le dijo el lustrador guajiro  a mi amigo en el parque almirante Padilla de Riohacha: tranquilo, doctor Peñalosa acá en la costa caribe "doctor" se le dice a cualquier....
Todo lo anterior muestra que en Colombia se debe empezar a revisar con lupa los títulos de estudio presentados por muchos funcionarios públicos para ser ascendidos o para aspirar a un puesto. En especial con los estudios y títulos de doctorado traídos del exterior, porque ahora fuera de corruptos nos meten gato por liebre. El caso de la directora de fiscales de Riohacha debe prender las alarmas porque deben ser muchos más los que están gozando de un empleo con títulos más falsos que una moneda de cuero.
La pregunta que surge es: ¿Qué va a pasar con todos los condenados por las  acusaciones  de la falsa  "Doctora" fiscal en la Guajira?
Para concluir, como sé que son tan pocos los verdaderos doctores en Colombia, además que no están a la vuelta de la esquina y para que no me pase lo de mi amigo Antioqueño con el Guajiro, a nadie le digo doctor. Utilizo con respeto la palabra: Señor.

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