Los colombianos estamos divididos en estratos. División que la da el dinero. O sea, cuanto más tengas mas alto se está en este escalafón. Y lógico, entre menos tengas, más abajo.
Según el DANE, los estratos 1, 2 y 3 corresponden a estratos bajos que albergan a los usuarios con menores recursos, los cuales son beneficiarios de subsidios en los servicios públicos domiciliarios, los estratos 4, 5 y 6 corresponden a los estratos altos que albergan a los usuarios con mayores recursos económicos.
Pero esta
estratificación se traslada al derecho de estudio que tienen los jóvenes y a la
prestación del derecho a la salud: los que están en estrato 1 y 2 que han
tenido durante años una fuerte lucha con el sistema de salud de Colombia. En
especial con los médicos.
Los colombianos
han sufrido los suplicios del amangualamiento de los médicos con las EPS para
atendernos en 15 minutos y solo recetar acetaminofen e ibuprofeno. Han negado exámenes
de laboratorio y enviar al usurario donde los especialistas.
Solo los
colombianos estratificados como 1 y 2 padecemos el paseo de la muerte. Además,
después de esperar largos meses para que se nos entregue la orden para la
cirugía o los medicamentos, nos toca ir a colocar una acción de tutela para
poder tener acceso a este derecho fundamental.
Para la EPS
pareciera que somos mejor muertos que esperando costosas cirugías, costosos
tratamientos o medicinas.
Por lo
anterior, mucho se ha debatido en el país sobre la labor del médico que trabaja
para una EPS y que al ser empleado pierde su norte y juramento hipocrático.
Por otra parte,
hoy se habla entre los colombianos con relación al dinero que reciben las EPS,
clínicas u hospitales por muerto de coronavirus. Es un hecho notorio entre las
personas de estrato 1 y 2 debido a un artículo publicado en el país de Cali
donde un congresista de la república de Colombia hace estas denuncias.
Cualquier colombiano de estos estratos comenta lo relacionado al dinero por
muerto por covid-19 que reciben los hospitales o clínicas. Así mismo, el afán
en colombia de legalizar a todos los muertos de otras enfermedades por COVID.
Las otras enfermedades desaparecieron como por arte de magia. Pero en la
provincia, en los pueblos del país donde abundan colombianos estratificados
como 1 y 2, sólo se siente el sufrimiento de personas debido a que su familiar
entra al hospital o clínica por cualquier otra enfermedad y sale en cenizas.
Los médicos,
aunque no se puede negar que han estado al frente de esta contingencia que
estamos pasando, no pueden desconocer que con su sometimiento como empleados de
las EPS nos han traído sufrimiento por el desgano conque nos atienden y al
negarnos medicamentos, tratamientos y medicinas.
En síntesis, es
esencial que se den cuenta los médicos que los colombianos de estrato 1 y 2
-que no tenemos para pagar una prepagada- sabemos que se han manejado mal por
muchos años con nosotros.
Por otra parte,
los poderosos gremios de médicos están muy organizados para salir a dar grandes
peleas jurídicas, peleas contra quien se atreve a enfrentarlos y decirles la
verdad en la cara. Deberían aprovechar toda esa energía en atender bien a sus
pacientes, recetando lo que verdaderamente lo va a curar y dejar que sea la EPS
la que verá cómo le va a entregar los medicamentos a los usuarios.
Para concluir, hoy
por la pandemia nos damos cuenta de que necesitamos muchos más médicos:
intensivistas, cirujanos, cardiólogos, internistas, epidemiólogos, ortopedistas,
neurólogos o generales. Entonces ¿porqué tantas trabas para que los jóvenes en
Colombia de estratos 1, 2 o 3 comiencen la carrera de medicina? Parece que es
una opción sólo para los de estrato 4, 5 y 6.
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