lunes, 4 de mayo de 2020

IVA: regresivo e inequitativo

La economía de un Estado basada en el neoliberalismo abiertamente identificada como capitalista y sometida a la globalización como la colombiana tiene un circuito económico basado primero en las familias como oferentes y propietarios de las empresas pero que además demandan bienes y servicios. Segundo, en las empresas que utilizando a las familias para producir, les pagan salarios pero también reciben utilidades. Tercero, en el Estado que da las pautas de la política económica y la monetaria. Y, por último, en los bancos que captan recursos de las familias. Quiere decir que una familia recibe el salario, paga los servicios, arriendo, estudio de los hijos, merca y si le queda dinero lo puede ahorrar para gastarlo en eventos futuros como las vacaciones. Este ahorro lo lleva a un banco o a una cooperativa financiera que al recibirlo lo podrá ofrecer en préstamos a las familias que no pueden ahorrar bajo varias modalidades. Es necesario afirmar que las entidades bancarias se mantienen con dinero del público cuando adquieren la propiedad de los mismos, se comprometen a devolverlo en la forma y en el plazo estipulado en el acuerdo previo con el cliente con el interés pactado o determinado por ambos. En efecto, para los clientes, la captación de recursos tiene dos modalidades: a mediano y largo plazo que dependiendo del que pacte asimismo ganará interés. Y, para las entidades tienen un objetivo principal de realizar operaciones de crédito e inversiones direccionandolas a fomentar o promover la creación, transformación y expansión de las empresas. Esto último podría explicar porqué el gobierno sale frenético a salvar el sistema financiero por encima y primero que todo durante la crisis económica por la pandemia. En este ciclo económico es necesario traer a colación que los ingresos corrientes del Estado provienen de los impuestos que también pagan las familias. Y, que una vez recaudados invierte gran parte de la suma para satisfacer las necesidades primarias de estas como lo son la vivienda, alimentación, salud y educación. Y, por supuesto, ahorrar. El gobierno también debe ahorrar cómo lo hacen las familias; no para irse de vacaciones pero si para cuando sobrevengan problemas como el que estamos pasando. Entre los impuestos siempre me ha llamado la atención el que en nuestro país es conocido como Impuesto sobre las ventas, Impuesto al Valor Agregado o IVA. Por este en nuestra economía encontramos los bienes y servicios clasificados en: gravados como por ejemplo: implementos para el aseo personal y de la casa, los embutidos, yogures, mantequilla, la ropa, el calzado, electrodomésticos, juguetes y un gran etcétera, por los cuales cada que compremos, pagamos impuesto del 19%. Igualmente, cuando compramos azúcar, café, harina o comida para las mascotas, pagamos un IVA del 5%. Así las cosas, también encontramos bienes exentos como huevos o verduras y excluidos como la leche a los que el gobierno intentó gravarlos en la última reforma tributaria pero no pudo debido a las protestas y presión de la población. El anterior impuesto es de orden nacional y se aplica a las diferentes etapas del ciclo económico por parte del Estado colombiano como en la producción, importación, distribución de bienes y servicios pero recae sobre el consumo o consumidor final quien es responsable solo de pagar sobre el valor que se le agrega a un bien que va a adquirir. Tal vez el gobierno se dio cuenta de lo injusto de este impuesto y surgió como iniciativa del Ejecutivo -en la última reforma- programar en 2020 dos días en que podremos hacer compras y los comerciantes no nos cobrarán el IVA. Para concluir, se puede afirmar que el IVA es indirecto e inequitativo, por cuanto es un impuesto que se paga sin considerar la capacidad económica del contribuyente, pues debe pagarlo hasta el ciudadano más pobre que exista en Colombia, por lo que lo considero un impuesto regresivo. Y, con relación al día sin IVA lo que termina es abriendo brechas de desigualdad en la población y privilegiando el consumo de los que más tienen. ¿Podría el gobierno durante el tiempo que dure la pandemia quitarlo a todos los productos que afectan a los más pobres de Colombia?

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