miércoles, 15 de abril de 2020

El rey del planeta

A la humanidad la tiene acorralada un virus más pequeño que una célula. O sea, microscópico. A una raza que se jacta de ser poderosa, inteligente y superior. Pero hoy me doy cuenta que no somos nada de lo anterior, eso nos lo produce el ego: esa cantidad de miles de pensamientos que constantemente tenemos en la mente y que no nos deja ser nosotros mismos. Nos identificamos y creemos que somos esa inmensa cantidad de pensamientos metidos unos tras otro a la cabeza desconociendo que somos realmente humanos cuando los paramos y podemos ver lo realmente importante. Cuando vemos con los ojos y no con la mente. Ese es el ego: actuar estando inundados de miles de pensamientos. No actuar con la mente libre nos produce más desgracias que alegrías. Creo que la mente debe ser como una herramienta que si la necesitas la utilizas y luego la guardas. La mente igual utilizarla cuando se necesite. Mientras no la necesites, disfruta de todo: de los colores, la flores, olores, sonidos, tranquilidad, armonía, silencio, música, paz y relación con la naturaleza. En consecuencia somos una humanidad egoísta, individualista, inconsciente, arrogante que nos sentimos orgullosos de líderes como Putin o Trump tanto que pronto podrán ser reelegidos. Considero que puedo opinar sobre estos dos presidentes porque decisiones que tomen los electores va a repercutir duramente todo el planeta y por supuesto en Colombia. Y porque si los líderes marcan el rumbo de la historia con sus acciones, con Putin y Trump estamos perdidos. Como varios autores dicen que el liderazgo es determinante a la hora de escribir el futuro, el que yo veo es que vamos para una gran guerra, morimos asfixiados, quemados o inundados mientras que para este par de líderes no existe el calentamiento global. De otra parte, por el encierro al que está sometido la humanidad vemos animales silvestres regresar a espacios que antes era imposible verlos. Vimos delfines, zorros, venados, cigüeñas, caimanes, observamos como en tan poco tiempo el planeta agrádese y se regenera. Tanto que del aire de muchas ciudades del mundo desapareció la polución y en Medellín su río se ve cristalino. Entonces, me surge ¿Quién le habrá dado el ser humano el estatus de rey del planeta? Si bien habitamos un planeta con todos los animales, plantas, ríos, océanos; ¿Quién nos dio el poder de que a medida que habitemos destruyamos? Considero que para toda la tierra somos una desgracia, un virus. ¿Será que el verdadero virus somos nosotros? ¿Somos un virus para todos los otros seres del mundo? ¿Será que para el planeta y las demás especies somos una desgracia haber surgido? ¿Se han preguntado cómo sería el planeta sin humanos? Así las cosas, también me pregunto cómo nos verán los animales incluido el perro que volea la cola mientras los causantes de la desgracia del coronavirus los matan para comérselos. A propósito, los chinos están construyendo el túnel del Toyo que nos va a comunicar más rápido con Urabá y hoy no se ven perros en Cañasgordas, Uramita ni Dabeiba. Se desaparecieron. Estos vergajos son verdaderos devoradores de perros. Yo guardaba la esperanza que fueren cuentos chinos o inventos. Para concluir, ayer me llegó vía WhatsApp un vídeo donde médico y enfermeras nos agradecen los aplausos desde las ventanas. Me llenó de entusiasmo verlas tan positivas cuando su vida corre peligro. Ver seres humanos incondicionales me pone a pensar en todos los cambios que deberíamos adoptar para vivir en armonía con todos los demás seres del planeta. Pero no me hago ilusiones porque encerrados esperamos la vacuna para salir a recuperar la economía y a seguir siendo los reyes del planeta. PD: Pueda ser que este encierro obligado no nos traiga la noticia de más nacimientos de bebés del que trae el carnaval de Barranquilla.

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