martes, 17 de marzo de 2020

La macroeconomía de Colombia

Hoy los colombianos estamos viendo a nuestros hermanos venezolanos hasta en la sopa. Venezolanos de ambos sexos en trabajos que antes eran ocupados por nacionales de Colombia. Por ejemplo: domicilios, secretarias, vendedoras en almacenes de ropa y de calzado, oficios varios en la casa, en parqueaderos, enfermeras, cuidadoras de niños o ancianos, cajeros, mercaderistas, almacenistas, en restaurantes, en supermercados, en la construcción, mensajerías y cafeterías. En cualquier rincón de Colombia nos salta un venezolano o una venezolana. Me llegan datos que por la mucha oferta en asuntos como arreglo de uñas y servicio de salón de belleza como la motilada se van al piso por el precio que cobran nuestros hermanos vecinos. En este sentido, me llama mucho la atención que el director del DANE señor Juan Daniel Oviedo, siga afirmando que los venezolanos en Colombia no afectan el empleo de nuestros nacionales De hecho, la semana pasada visité un proyecto de construcción en una vía veredal del municipio de Marinilla Antioquia. El alcalde administra basado en el presupuesto participativo y lo hace con las juntas de acción comunal. Estas vías son conocidas como “rieles” y se hacen mucho en este departamento debido a su geografía agreste. Me llamó mucho la atención que la única cuadrilla de trabajadores en el proyecto era de 12 todos venezolanos. Por otra parte, Colombia le viene dando un excelente manejo a su Macroeconomía, los resultados publicados por el DANE correspondientes al año inmediatamente anterior nos traen un parte de tranquilidad. Por ejemplo, se concluye que Colombia viene creciendo poco pero constante. Creció la demanda interna, esto es, el consumo de bienes entre los colombianos debido a que se mantuvo en porcentajes aceptables la inflación, la inversión no se quedó atrás y hubo formación bruta de capital fijo en las cuentas de ahorros y por lo tanto creció la demanda financiera. Asimismo, ayudó mucho las remesas que enviaron los colombianos que viven en España y los Estados Unidos. Ahora bien, tal vez tuvo que ver la guerra económica entre los Estados Unidos y China con que decrecieron las exportaciones. Asimismo, ocurrió que la construcción no creció, aumentaron las importaciones, la agricultura -en un país agrícola- creció muy poco, pero con guerra económica o Brexit, la economía colombiana para este 2020 debe apuntar a no dejar caer los rublos que van creciendo y enfocarse en el crecimiento y activación de la construcción, la exportaciones, el empleo, la inversión extranjera y la agricultora. Y que el empleo llegue para que suba la calidad de vida de colombianos y venezolanos. Pueda ser que nuestros comerciantes y empresarios no se estén aprovechando de esta mano de obra desplazando a los colombianos y pagando mucho menos a los venezolanos porque no es sano que crezca nuestra macroeconomía basado en aprovecharnos de la situación tan deplorable de nuestros vecinos hermanos. Lo de la sopa no lo digo en forma despectiva, siento un inmenso respeto por nuestros hermanos que inclusive cuando voy a salir a trabajar siempre me echo una buena cantidad de monedas al bolsillo para compartir con los que están en los semáforos haciendo morisquetas o limpiando parabrisas. Igualmente me parte el alma ver a señoras con niños en la calle mendigando la comida. Lo digo porque, aunque en el vecino país caiga Maduro, esa economía se va a demorar por lo menos 20 años en recuperarse y ellos van haciendo vida acá, consiguen esposa o esposo colombianos tienen hijos colombianos, se van amañando y es seguro que un gran porcentaje no se vaya. Se vuelvan colombianos y se queden. Para concluir, nunca olvidaremos que unos años atrás cuando en Colombia la economía era un desastre tuvimos que emigrar y allá nos recibieron con los brazos abiertos.

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