viernes, 12 de octubre de 2018

No es culpa del ciudadano, es falla del Estado

Aunque nací y crecí en el Urabá Antioqueño, para hacer esta columna investigo sobre la fruta que le ha dado a la región el crecimiento, reconocimiento y posición económica que hoy tiene en el país y en el exterior. Hoy me entero de que su nombre científico es: Musa paradisíaca. ¿cuántos de mis paisanos lo sabían? Es originario del sudeste asiático, su principal productor mundial es India y su máximo exportador es Ecuador. A Colombia llegó el banano en el siglo XIX cuando por el departamento del Magdalena se empezó a sembrar y a comercializar. Y, luego se desplazó hasta la región de Urabá donde hoy es la principal fuente económica. En Magdalena por escrito de Gabriel García Márquez crecimos con la cifra de más de tres mil muertos en la masacre en el municipio de Ciénaga a integrantes del sindicato bananero. En Urabá -según cifras oficiales- entre 1995 y 2004, 4.335 personas fueron asesinadas, 1.306 fueron desaparecidas y 1.675 serían desplazadas. Pero igual, las cifras crean controversias entre oficialistas y privados. Si se va a buscar de quien es la culpa o la falla por lo que pasó en seguridad en el Urabá Antioqueño se debe analizar un antes y un después: Un antes donde la guerrilla se pavoneaba por la serranía del Abibe, bajaba por Chigorodó, Apartadó o Currulao hacía sus fechorías y salía como perro por su casa. Por años asesinó, masacró y atemorizó a sus habitantes. Eran los que mandaban en la región, por lo tanto, Ganaderos, Bananeros, Comerciantes y Empresarios extorsionados eran asesinados a plena luz del día por no pagar la vacuna. Iban dejando un chorro de viudas, familias arruinadas y destrozadas. Cerraban la vía en Dabeiba no podíamos ir a la capital Medellín por tierra y para amedrentarnos volaban las torres de energía. Urabá por muchos años estuvo gobernada y comandada por los grupos guerrilleros. Teniendo en cuenta lo anterior, es cierto que la gran mayoría de los habitantes de la Región de Urabá extrañamos a excelentes seres humanos asesinados y masacrados en esta violenta guerra. Un después, cuando surgen los paramilitares como una solución a tantos años de terror e impotencia. Su nombre original fue Autodefensas Unidas de Urabá. Repeler la guerrilla a como diera lugar debido a que el Estado no hacía presencia para solucionar un problema que desde siempre fue solucionable solo con voluntad política. Claro que no sabemos si fue peor la cura que la enfermedad, volvieron las masacres, viudas, familias destrozadas y la violencia nunca se fue de la región. La misma guerrilla que por años nos aterrorizó en Urabá, cometió un atentado terrorista en el club privado El Nogal en la capital de los colombianos con saldo trágico de 36 muertos y 198 heridos. El Consejo de Estado acaba de emitir por estos hechos una condena a la Nación: “la omisión del Estado de garantizar su seguridad provocó que el 7 de febrero de 2003, el día en que la guerrilla de las Farc cometió uno de los actos más crueles en la historia del conflicto armado: explotar un carro bomba que mató a 36 personas y dejó heridas a 198 que estaban en el club El Nogal”. Aunque los muertos en Bogotá también fueron nuestros hermanos colombianos, pareciera que los altos tribunales no miraran con el mismo racero a los habitantes de la provincia colombiana. ¿Porque el Consejo de Estado no se ha pronunciado y condenado con la misma agilidad por los miles de muertos y el eterno abandono del Estado de la región de Urabá? Para concluir, si con el grupo guerrillero que nos aterrorizó en la región de Urabá por tantos años hubo un “borrón y cuenta nueva”, hoy son flamantes senadores de la república, no olvidemos que los ganaderos, bananeros, comerciantes y empresarios se estaban defendiendo del terror guerrillero por el abandono estatal. La falla como en el Club el Nogal es del Estado.

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