miércoles, 13 de enero de 2016

Vivienda digna, principio de la paz

La ocupación mas grande de un terreno privado en Latinoamerica ocurrió el 8 de febrero de 1992: la hacienda "la Chinita." 102 hectáreas ocupadas, lo hicieron 5000 personas, 500 familias buscando un hogar, un techo para sus hijos, una vivienda digna.
Ocurrió en Apartadó, ciudad principal de la zona bananera de Urabá. Región que se formó con chochoanos y antioqueoqueños, Colombianos que han pasado por las verdes y las maduras luchando juntos por su región. Puesto de otra manera, si ha habido una región maltratada por todos los males de Colombia, ha sido Urabá.
A eso se suma que la mañana del 23 de enero de 1994, dentro de la ocupación, hubo 35 personas asesinadas, trataron fuerzas oscuras a través de la intimidación y el terror hacer desistir a estas humildes familias de su sueño de un hogar. No lo lograron y hoy es el "Barrio Obrero" de Apartadó, el más grande y con más habitantes de la ciudad. Vale la pena recordar que estábamos en el gobierno del doctor Cesar Gaviria cuyo lema era: bienvenidos al futuro.
Acá en la Guajira en diciembre se hizo  la entrega de las últimas 300 viviendas de la primera fase del programa de gratuidad, se construyeron en total 3.216 viviendas. La inversión total del programa de viviendas gratis en La Guajira fue de 145.056 millones de pesos.
Es usual en Colombia los desalojos, en las últimas semanas la fuerza pública tuvo mucho trabajo desalojando o forzando a colombianos salir de terrenos ocupados. policías y Esmad, desalojó  40 familias ocupantes de un lote en el barrio Moravia en Medellín.  En Cali, 80 familias que ocupaban terrenos, fueron desalojados. En Bello Antioquia  200 familias deben salir del terreno, ya les notificaron. En Riohacha, El Diario del Norte informa que la secretaría de gobierno, la policía y el Esmad intervinieron un lote que fue ocupado en las afueras de la capital de la Guajira, afortunadamente las 200 familias abandonaron de manera voluntaria el lote y no generaron enfrentamiento con la fuerza pública.
En un segundo intento de ocupación por estas familias y a raíz de la acción de la policía, se controla la situación y quedan tres perdonas detenidas.
Entonces con todo respeto, el Estado Colombiano no puede cada que sus ciudadanos más necesitados pasan a vías de hecho forzando una solución de fondo a una vivienda digna, enviar la policía armada hasta los dientes a forzar un desalojo, no es digno, incluso porque siempre es una de esas peleas de tigre con burro amarrado, acá se trata de otra solución y es realojar a sus electores primarios, a su pueblo. Porque ya tienen bastante con tener toda una serie de violaciones de Derechos fundamentales, desigualdad y la más paupérrima pobreza.
Ante la magnitud del proyecto del Gobierno central, caben las preguntas:
¿porque hay hoy personas invadiendo terrenos en Riohacha?
¿Están llegando las casas gratis a los verdaderos necesitados?
Que los hechos de Urabá y su invasión más grande de Latinoamérica no se repitan nunca más en Colombia, que la  Guajira encuentre soluciones de vivienda para los verdaderamente más necesitados, que los ricos terratenientes lean la historia y decidan ceder un poco sus tierras que duran años sin cultivar y se la heredan sus hijos y familiares por los siglos de los siglos. Que las tierras fértiles de los llanos orientales no sea para engordar las arcas de los más ricos, que los terrepaz no sirvan para darle terrenos fértiles a las farc y los campesinos de siempre queden viendo un chispero y por último, que los pobres de Colombia no se cansen de esperar, tomen la decisión de ocupar terrenos vacíos con un justo anhelo de un hogar, de un techo, de una vivienda y la solución del Estado sea enviarles al Esmad, armada como que fuera para la tercera guerra mundial.
La Constitución colombiana, la ley, sus códigos y normas protegen la propiedad privada, se debe respetar. pero también se debe acatar el mandato constitucional fundante de nuestra patria: el respeto por la dignidad humana. Esta empieza con una vivienda digna.
El ser humano que es conocedor de los derechos humanos, que le ha tocado vivir o por poco observar los desalojos forzosos, sabe que estos producen la más aberrante violación de los derechos humanos.
@Lhernanta


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