lunes, 23 de marzo de 2020

Luchar contra la inflación

Vale la pena recordar que cuando nos referimos a crecimiento económico y desarrollo sostenible, lo hacemos a la política económica. Que, aunque esta hace referencia a la estrategia que formulan los gobiernos para conducir la economía de los países con el fin de lograr o cambiar unos resultados económicos específicos su principal lucha es contra la inflación. Dicho todo esto, sin embargo, muchas personas tienen idea muy errada acerca de la inflación. Creen que atañe o su lucha debe ser un tema solo para economistas; opino que debemos involucrarnos ya que nos afecta a todos por igual. Así las cosas, solo sí se mantiene a su mínima expresión se logra un crecimiento económico duradero y se podrá reducir el desempleo. Lo claro hasta el momento es que la inflación es un aumento continuo del nivel general de precios de una economía y al referirnos al nivel general de precios debemos afirmar que es el aumento general de estos. Mejor dicho, no es el aumento aislado del precio de uno o dos productos. Cuando unos suben y otros bajan producto de la oferta y la demanda o de cosecha, no se produce inflación. Por el contrario, es natural que esto ocurra en un modelo económico como el nuestro. A primera vista, la inflación es un promedio y cada vez que la mayoría de los productos aumentan los precios de manera significativa se dice que hay inflación. Igualmente, para que se produzca no solo basta que los productos suban de precio, es necesario que haya un aumento generalizado del promedio de precios de la economía y esto ocurre si hay un aumento generalizado de la demanda. Por ejemplo, si todos salimos a comprar el mismo producto, este inmediatamente sube el precio. La demanda le hace subir el precio y es seguro que va a escasear. Ahora bien, para medir el nivel general de precios de una economía, los economistas se inventaron el IPC: Índice de Precio al Consumidor. Al respecto digamos que es un instrumento estadístico que mide el cambio de precio de los productos que más consumen los colombianos. De igual forma, en la mayoría de los países, la inflación se mide a través de las variaciones del IPC. En el nuestro esta tarea la hace el DANE que elabora un promedio ponderado de los precios. Aun así, El IPC no tiene en cuenta el precio de todos los productos de la economía, lo hace a los principales que más consumen los hogares de estratos bajos del país: arroz, carne, leche, verduras y los servicios públicos. Sin duda, la inflación es mala para todos en especial los más pobres debido a que cuanto más sube, el salario mínimo cada día alcanza para comprar menos cosas. Es aquí donde surge que la capacidad que tienen las personas para comprar productos con sus ingresos se denomina poder adquisitivo determinado por la cantidad de dinero con que cuentan. Sí la cantidad de dinero con que cuenta la persona -salario, por ejemplo- no aumenta y en cambio sí lo hace la inflación no podrá comprar la cantidad de cosas que antes compraba con ese dinero. Esto se traduce o quiere decir que las personas han perdido poder adquisitivo. Recordemos que todos perdemos con la inflación por lo que cada que aumenta el IPC, se disminuye la capacidad de adquirir bienes o servicios. Especialmente inquietante es que las personas que tienen un ingreso fijo -el salario, por ejemplo- pierden poder adquisitivo cuando aumentan los precios. Lo mismo ocurre con los que tienen dinero en una cuenta en una entidad bancaria con intereses fijos ya que cada vez reciben un dinero que tiene un menor poder de compra. Lo mismo ocurre con los pensionados que reciben una suma fija mensual. Lo importante por ahora es entender que el dinero sirve para tres cosas; primero, es medio de cambio: se usa para comprar y vender cosas. Segundo, es depósito de valor: cuando se ahorra en las entidades bancarias para usarse en el futuro y, por último, sirve como unidad de cuenta: con él se expresa los precios de los productos. De ahí que en nuestra economía, la unidad de cuenta es el Peso. Por varias razones, cuando aumenta la cantidad de dinero en una economía sin que haya un aumento paralelo de la producción, se produce inflación. Paradójicamente, por más que aumente la cantidad de dinero en una economía no es mas rica sino aumenta su producción. Si esto no ocurre paralelamente, la economía puede colapsar si no se toman los correctivos. Aquí entran los economistas, pero lo deben hacer a tiempo. Oportunidad de referirnos a que cualquier economía necesita para funcionar una determinada cantidad de dinero y depende del nivel de producción del momento. Si en la economía hay mas dinero del que se necesita produce inflación y si hay menos, llega la recesión y el desempleo. No podemos ignorar que la producción y el consumo son las actividades principales de una economía donde los empresarios producen bienes y servicios, por parte de los hogares compran estos bienes y servicios que pagan con dinero para satisfacer sus necesidades. Y, los empresarios con ese dinero pagan a todos los que intervienen en la producción. Asimismo, los trabajadores con ese pago vuelven a consumir y ahorran. El dinero ahorrado en las entidades bancarias -por los que pueden hacerlo- es utilizado por los bancos para prestarle a las otras personas. Este es el principal ciclo de la economía de un país. Así las cosas, el manejo de la cantidad de dinero que circula o que crezca o disminuya al ritmo adecuado en una economía es una tarea muy delicada, esto se conoce como política monetaria. En Colombia esta tarea es asignada al Banco de la Republica. En síntesis, con un manejo prudente, independiente y eficiente de la política monetaria el Banco de la Republica ha evitado que nuestra economía caiga en procesos de resección o de hiper inflación como algunos países vecinos. Por este manejo responsable, nuestro país se ha mantenido a salvo de estos procesos de hiperinflación. Pero sus decisiones casi siempre son impopulares. En todo caso, la evolución de la economía en Colombia es compartida: primero, el Banco de la Republica controlando la inflación. Segundo, el Gobierno controlando el gasto e invirtiendo y, por último, el Congreso legislando sobre los impuestos. Para concluir, como el asunto no es solo de economistas, hay estrategias que las personas naturales podemos aplicar para ayudar con que la inflación se mantenga en los niveles adecuados para que no nos perjudique el bolsillo: Diseñar un presupuesto, establecer las prioridades, comprar en plaza de mercado, aprovechar las promociones, poner más atención al ‘gasto diario’, pagar las deudas, hacer compras en grupo, ahorrar agua y energía, buscar diversiones que no sean costosas, realizar una lista de las compras que se van a realizar, por ejemplo, el mercado. Comprar verduras y frutas que estén en cosecha.

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